El dejó resbalar por mi piel la ansiedad del beso,
llenó mi ser de dulces ilusiones y de embeleso
tatuó con sus versos, cada espacio de mi piel,
llevándome suavemente hacia un dulce vergel.
Tendida en la arena, bajo la luz de aquélla estrella
al oído me susurraba que para él era la
más bella,
emociones infinitas me elevaban hasta el universo
creando ante este sentir, para él, un tierno verso.
¡Emociones infinitas que hicieron a mi corazón latir!
Y se va erizando mi piel, cuando a él vuelvo a sentir.
¡Entre sus brazos era, como dulce y frágil mariposa
con níveas alas de
espuma envueltas en una prosa!
No sé si era la paz que me dejaba el vaivén del mar
o la seducción de sus ojos que me incitaban a amar,
la suavidad de su cuerpo o la tersura de sus labios
me hacían cerrar los ojos y entregarme sin resabios.
¡Amante de noches tibias envueltas en suave bruma!
¡Noches entremezcladas, de besos, vinos y espuma!
Caracolas musitando el chasquido de sus dulces besos
dejando los poros de mi piel, de su ansiedad presos.
¡Aún llevo el tatuaje del beso y el amor en mi corazón
de aquél ángel enamorado que me llenó de ilusión!